Tipos de pulidoras para joyería

Como sabes, en este mundo de la joyería, el pulido es un paso casi obligatorio para finalizar nuestras piezas. Con ello eliminamos las imperfecciones superficiales dando un acabado profesional a cada joya. Aunque el acabado no tiene que ser necesariamente brillante, sino que puedes optar por un acabado mate o una mezcla de ambos, según lo que pida el diseño. En este post te traigo la información más completa que necesitas para conocer los distintos tipos de pulidoras más utilizadas en joyería para que analices cuál o cuales necesitas en tu trabajo como joyero/a.

IMPORTANTE: Antes de pulir, protege tus ojos con unas gafas protectoras, recógete el pelo si lo tienes largo y evita utilizar mangas largas o pulseras mientras estés puliendo para evitar accidentes. Sobre todo ten cuidado con las pulidoras de sobremesa y los micromotores que requieren de tu manejo todo el tiempo.

Tipos de pulidoras

1. Pulidora de banco o sobremesa

Esta pulidora es la más clásica en un taller de joyería. Se trata de un motor rotativo que va anclado a un banco o una cabina de pulir. Le puedes acoplar distintos discos o mopas en sus extremos según el acabado que quieras conseguir.

Los discos o mopas pueden ser de distintos materiales según el resultado que quieras conseguir:

• Discos de textura para conseguir un acabado mate o satinado. Tienen distintos grados de abrasión pero su aspecto suele ser como la imagen que sigue:

• Discos con alambres para producir texturas moteadas

• Cepillos o discos de distintos materiales:

• Mopas o discos suaves para pulir, quitar rayas y dar brillo:

El primer pulido se suele hacer con este tipo de pulidora o, en su defecto, con el micromotor, ya que existen pequeños cabezales para ello. Estos cabezales son iguales que los que te mostré arriba pero de un tamaño más pequeño. De todas formas, para piezas pequeñas o rincones de difícil acceso es recomendable la combinación de ambos métodos.

Existen más tipos de accesorios para las pulidoras, como hemos dicho, según el resultado y lo que pida cada diseño o trabajo.

Si dispones de suficiente presupuesto, puedes optar a algo como esto:

En cambio si dispones de un presupuesto más limitado, te invito a que eches un ojo a las siguientes opciones, de hecho, una de estas pulidoras la analizamos con más detalle en este artículo y la seguimos recomendando por su buena relación calidad-precio.

2. Pulidora de micromotor

Una de los principales motivos para hacerte con un micromotor es su total versatilidad. Como te he dicho más arriba, puedes pulir con él utilizando los cabezales correspondientes. Se gastan con mayor rapidez, ya que su tamaño es más reducido que los cepillos y mopas de una pulidora de sobremesa, pero soluciona perfectamente.

De hecho, tendrás piezas que requieran de un pulido con el micromotor si tienen sitios a los que no llegas con una pulidora de sobremesa, ya que al ser más pequeños estos accesorios, llegas a esos lugares sin problema. Está bien complementar ambas opciones si puedes.

Si todavía no te planteas adquirir este tipo de máquina, pero tienes un micromotor, a continuación te dejo unos ejemplos de cabezales útiles para pulir tus piezas. Ojo! Debes fijarte en el grosor de estas piezas, ya que si la pieza de mano de tu micromotor es como la que trae el Foredom por defecto, te servirán todas estas piezas porque tiene un apertura hasta 4 mm, en cambio las piezas de mano de cambio rápido son más estrechas, hablo de esto en este artículo.

2. Pulidora magnética

Este tipo de pulidora consiste en un sistema de funcionamiento magnético. Tiene un sistema giratorio interno que hace girar unas pequeñas púas que son las que pulirán tus joyas. Con estas máquinas se obtienen unos resultados efectivos y uniformes.

Suelen funcionar con un sistema de rotación con barrido central y las púas aseguran el pulido por todos los rincones de las joyas. Funciona poniendo una cantidad determinada de púas, agua y un producto específico para estas máquinas.

Suelen ser unas máquinas bastante caras, así que te dejo, como siempre, otra opción más asequible para ir empezando:

3. Pulidora de bolas o de tambor

Esta pulidora, en la que hablo más detenidamente en este post, consiste en un tambor giratorio en el que dentro lleva unas bolas o palillos de acero inoxidable, agua y un líquido abrillantador. Es el último paso para conseguir un acabado brillante ya que las bolas de acero bruñen las joyas y las dejan perfectas con un acabado pulido espejo.

Ahora hay mucha oferta asequible de este tipo de máquinas. A continuación te dejo un ejemplo de una pulidora de 3 kg de capacidad.

4. Pulir a mano con hilo de algodón

Este es un sistema en el que solamente necesitas hilo de algodón de los de crochet pero no muy grueso, pasta de pulir y mucha paciencia.

Si no dispones de una economía sobrada para hacerte con alguna de las máquinas anteriores (especialmente las que llevan palillos de acero que llegarían a todos los rincones de nuestras joyas), te propongo una solución económica. Se trata de hacerte con un hilo de los de hacer crochet y anclarlo a alguna superficie, por ejemplo, nuestro banco de trabajo. A este hilo le pones pasta de pulir tensándolo y frotando sobre él y a continuación empiezas a pulir aquellas zonas a las que no llegarías con otros métodos. Esta forma de pulir se utiliza en determinados trabajos como engastes delicados en los que podrás meter el hilo por todos los rincones y pulirlo bien.

Como siempre, todo esto dependerá del tipo de trabajo que hagas en tu taller, si tu presupuesto es ajustado o no y los acabados que busques en cada joya. En general en Mi taller de joyería buscamos siempre la mejor relación calidad-precio para hacer sufrir al mínimo tu bolsillo. A veces pecamos en querer siempre lo mejor del mercado y al final tampoco le damos tanto uso y podríamos arreglarnos con algo más sencillo. El tema es que empieces, como sea, pero que lo hagas, y desde aquí te animamos, ya que es un mundo muy bonito y especial.